¿Quién talló las grandes cabezas de piedra y por qué?

Jakib Roggeveen, almirante holandés, jamás había visto nada semejante: una isla que no figuraba en las cartas marinas, solitaria y perdida en el Pacífico sur, y que parecía habitada por gigantes de diez metros de estatura. Los colosos parecían sostenerse en pie tras inmensas murallas, y asomar sus cabezas sobre las almenas.
Roggeveen se aproximó a la isla con sus tres navíos y comprobó con alivio que los que tuvo por gigantes sólo eran estatuas, y que entre ellas caminaban hombres de estatura normal.
Al día siguiente, el almirante desembarcó al frente de una pequeña expedición, y vio que las que creyó almenas de murallas no eran más que pedestales para las estatuas. En cada uno de ellos se alzaba el busto de un hombre de largas orejas y rostro rojizo.
Era la festividad de la Resurección de Cristo en el año 1722, y en su honor al día llamó a la tierra descubierta Isla de Pascua. Después continuó su navegación. Aún trascurrirían casi 50 años antes de que los europeos desembarcasen de nuevo en la isla, y otros 100 años antes de que comenzase una seria exploración.
Para entonces, la estatuas ya no se alzaban como Roggeveen la había visto. Durante las guerras tribales fueron derribadas de su pedestal al suelo, tal como se hallan hoy día.
Las gigantescas efigies fueron talladas en roca volcánica procedente del cráter inactivo de Rano Raraku. Más de 300 se ejecutaron en las paredes mismas del cráter, y se hicieron descender por la pediente. Después fueron colocadas, por algún procedimiento ignorado, en posición sobre los pedestales. Dentro del cráter había unas 400 estatuas sin terminar. Algunas sólo mostraban escasas huella de cincel, mientras otras estaban listas para ser transportadas. También aparecieron el el cráter cinceles y hachas de obsidiana, abandonados por los escultores.
Estas herramientas parecían indicar que los artesanos pensaban volver algún día, pero nunca lo hicieron. A lo largo de la senda que descendía del cráter se hallaban decenas de estatuas totalmente concluidas. Estaban diseminadas cada 40 ó 50 metros por toda la zona que alcanzaba la vista. Varias pesaban hasta 30 toneladas y medían casi 4 metros de altura. Una pieza colosal, aún sin terminar, medía 20 metros y pesaba unas 50 toneladas.
Según vestigios de antiguas colonizaciones, la Isla de Pascua estuvo habitada por varios miles de personas. De los dibujos hallados parece deducirse que estaban divididos en estamentos. Los de grandes orejas, representados en las estatuas, serían posiblemente gobernantes, y utilizaban pesos para alargar los lóbulos. Los de orejas normales constituirían el pueblo.
Los incas del Perú utilizaron pesos semejantes para alargar sus orejas antes de la conquista española. No obstante, los actuales habitantes de la isla parecen más afines a los polinesios que a los indios de América del Sur.
La clave decisiva de los misterios de la Isla de Pascua parece haberla tenido un traficante peruano de esclavos en el siglo XIX: capturó 1000 nativos, entre ellos el último rey y el último hechicero de la isla.
Se ignora cuál fue la suerte de aquellos hombres llevados al cautiverio. Es posible que algunos regresaran portando enfermedades que extinguieron al resto de la población. Con ellos pudo haberse marchado para siempre la posibilidad de saber cómo un pueblo primitivo levantó un ejército de monolitos con rostro humano. Hoy como ayer, las enigmáticas cabezas callan cual esfinges.



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4 comentarios:

    ~ R ~ dijo...

    Los misterios de Rapa Nui,... especulaciones,... nunca sabremos que pasó en realidad ni como conseguían mover esas moles de piedra.

    Expresiones colosales varias.

  1. ... on 30 de enero de 2009, 22:44  
  2. mactres dijo...

    Quizás sea un buen momento para volver a ver "Rapa Nui", dirigida por Kevin Reynolds en 1993, con espectaculares paisajes y escenarios naturales y de fondo aventuras y una historia de amor.
    Saludos.-

  3. ... on 31 de enero de 2009, 21:18  
  4. Ana dijo...

    Hola MAC, no recuerdo haber visto dicha película, la veré puesto que tiene una historia de amor.
    Un besito

  5. ... on 1 de febrero de 2009, 12:31  
  6. Ana dijo...

    Hola mi señor, será cuestión de ir a la Isla de Pascua, para comprobar "in situ" como pudieron efectuar los desplazamientos de esas moles.
    Un saludo

  7. ... on 1 de febrero de 2009, 12:32