Según la historia de Monmouth y alguna mención antigua, el rey Arturo vivió a comienzos del siglo VI. En textos publicados y en algún relato galés aparecía como un jefe guerrero -dux bellorum- que, al frente de sus bravos jinetes, defendía heroicamente a los britanicos contra los invasores anglos y sajones en la zona de Gales o iba en busca de algún tesoro. Pero Geoffrey lo convirtió en un gran monarca de la época feudal, con una corte refinada y fastuosas, acompañado de sus leales vasallos, nobles caballeros admirados por las damas. Sin duda los nobles normandos establecidos en Inglaterra aparecieron el aspecto propagandístico de esa glorificación del pasado britano que nuestro fingido historiador les proponía, y luego los novelistas perfilaron aún más la imagen de Arturo y sus caballeros de la Tabla Redonda.

Este rey Arturo, tan fabuloso como el de la tradición (folktale) galesa, se parece mucho más a un Enrique II que a un rudo caudillo celta cuyo armamento aún sería casi romano. Así, las costumbres y el lujo de su corte reflejan la Inglaterra feudal del siglo XII. En la Historia de Geoffrey brillan las caballería y la cortesía que caracterizan este mundo. Una atractiva atmófera, novelesca y ambigua, que marcó el universo artúrico surgido de esas páginas.





This entry was posted on 19:17 and is filed under . You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.

1 comentarios:

    ~ R ~ dijo...

    Vuestra Merced lo ha dicho "Novelesca y ambigua",... no se,... no se,... ¿No os recuerda, mi Señora, cierta bitácora de cierto escarlata individuo?.

    Expresiones artúricas varias.

  1. ... on 8 de febrero de 2009, 21:54