Oscurecida por el prestigio heroico del varón, la mujer samurái carga con la imagen de estar sojuzgada en un mundo viril y guerrero. En realidad, las exigencias de la ética samurái no eran menores para las mujeres que para los hombres. La esposa del samurái tenía que cumplir con sus deberes y la lealtad que debía a su esposo, y con idéntica intensidad que éste. Para ello recibía la misma educación en disciplina y autocontrol, en los usos y en las estructuras de la sociedad y en los principios confucianos, que le atribuían una mayor consideración social. Incluso se la preparaba en las artes marciales, con armas de uso característicamente femenino, como la naginata (cayado con hoja curva), para defeder el hogar.

En la historia de Japón hubo mujeres guerreras y de gran poder, como MASAKO, la viudad de Minamoto Yoritomo, más conocida como "la monja shogun", que el siglo XIII condujo el país como mano de hierro. Pero lo que más se recordaba eran los ejemplos de lealtad al esposo. Así, se contaban historias de mujeres que se habían suicidado antes de que el samurái marchara al combate, para que así éste pudiera afrontar libremente la muerte, sin ataduras emocionales de ningún tipo





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1 comentarios:

    ~ R ~ dijo...

    La conciencia samurai era extremadamente rígida mi Señora,... siempre dificil de entender por mentes occidentales.

    Expresiones harigato varias

  1. ... on 8 de febrero de 2009, 22:03